miércoles, 11 de agosto de 2010

Adiós Armando Robles Godoy

A un maestro del Cine peruano.
Wikipedia.
Recién hoy nos enteramos de que ayer, a eso de las once de la mañana, falleció el cineasta, escritor y periodista Armando Robles godoy. Hijo del famoso compositor Daniel Alomía robles, autor del clásico tema peruano el "Condor Pasa", y un gran activista y promotor de la cultura en nuestro país.
Recuerdo haber visto la película "Espejismo" de Robles Godoy, allá por los años ochenta. una película muy rara para nuestra sensibilidad más bien dada al cine holliwwoodense. Sin embargo, con el tiempo fuimos dándonos cuenta del valor de las creaciones de este genial y talentoso creador peruano. Recuerdo también, una entrevista que le hiciera el periodista cultural Carlos Fernández de Radio Filarmonía, más o menos, el año 1994, a propósito de la publicación del libro "El Pez en el Agua", donde Robles Godoy afirmaba con esa convicción de la que era dueño, que él tenía más vida interior que Vargas Llosa.
Hace unos cuatro o cinco años, tuve ocasión de asistir a una de las conferencias en la Feria del Libro, donde compartía mesa con el Dr. Mariano Querol, sobre un tema altamente significativo: el amor. En aquella ocasión, Robles Godoy se mandó con una ponencia, sencillamente espectacular. Aún recuerdo la escena que describió en su ponencia. Contó como en una ocasión en que debían filmar unas escenas en el mar, se fueron hasta Arica, y justo cuando debían realizar unas escenas, las pequeñas embarcaciones en las que se habían montado todo el equipo de filmación, se vieron rodeadas por una especie de delfines medio rosados, si no mal recuerdo. Robles godoy describió esta escena, para explicar algo así como una suerte de singularidad del espíritu para convocar la vida, en instantes inesperados.
En fin. A lo largo de varios años tuvimos ocasión de escuchar las endiabladamente geniales, inteligentes, y picantes opiniones de este intelectual y creador peruano. Cuánta falta nos va a hacer su inteligencia, su ingenio y también, su espíritu insatisfecho con nuestra realidad.
Hasta siempre, hasta la próxima hombre peruano.

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