miércoles, 13 de marzo de 2019

Un debate pendiente entre lo inclusivo y lo especial

Incorporar la accesibilidad como cultura organizacional.

CIDESI / Facebook

En la página de Facebook de Cidesi encontramos un post que nos llamó la atención porque propone una reflexión sincerada de la noción de accesibilidad y su instauración como una política orgánica.

Dejamos el post completo para considerar todos sus aspectos:

Las experiencias especiales para PCD no son experiencias inclusivas

"En días recientes se puso en contacto con CIDESI una representante de un conocido museo en Lima. Básicamente querían invitar a un grupo de personas con discapacidad visual para una visita a sus instalaciones. Según nos explicó la funcionaria del museo, querían desarrollar un programa especial de visita para personas ciegas en una fecha particcular.

Tras un breve intercambio de inpresiones sobre el estado de sus instalaciones, caímos en la cuenta de que dicho museo no tiene inplementadas las medidas y adecuaciones de accesibilidad para discapacidad sensorial, aunque insistían en programar una visita en la que pondrían todo el apoyo del caso para asistir y acompañar al grupo visitante de personas invidentes.

Es interesante comprender la lógica con que aún se manejan muchos funcionarios y administradores de instituciones que ofrecen atención a públicoen nuestro país. Desde ignorar completamente los estándaresy atributos de accesibilidad hasta engañar y engañarse a sí mismos con medidas, verdaderos apaños mediocres, para solventar el asunto.

Esta cultura de ignorancia voluntaria de los estándares de la accesibilidad penetra virtualmente todo el establecimiento cultural y organizacional del medio peruano. Si no piensan que es un asunto de mero altruismo o caridad, creen que se trata de medidas extraregulares, meros añadidos a los procesos orgánicos, institucionales.

Todo esto trae como consecuencia un entorno con elementos inútiles o inexistentes en ayudas de accesibilidad para público con discapacidad sensorial. Existen en algunos lugares, pero en muchos casos más como elementos decorativos que como ayudas realmente funcionales.

La inclinación por lo especial, por lo montado para situaciones prefijadas que siguen la mayoría de las instituciones y entidades en nuestro país revela su inexistente compromiso o interés en darle un nivel global, universal, a sus servicios. Cuando optan por estas medidas prediseñadas para un momento, para determnada fecha o situación suele responder más a las áreas de imagen o de márketing que a sus áreas de planificación o de atención a público.

En el <Perú las normas y criterios técnicos están establecidos,están ya fijadas y solo cabría cumplirlas, inplementarlas. Sin embargo aún podemos constatar que estos temas se sigue tomando y mirando como un asunto subsidiario, de escasa relevancia, invisibilizando así las condiciones de exclusión, el cúmulo de barreras que suelen montarse un día y otro también para el libre acceso de la población con discapacidad visual en nuestro país.

No sabemos al final la decisión de dicho museo, como no sabemos los pasos que instituciones claves en nuestro país están dando en este sentido. Simplemente consideramos que no tiene sentido para CIDESI convocar y reunir a un número determinado de personas para trasladarlos un día, en fecha y hora determinadas por una entidad, y hacerles transitar como si fueran escolares o personas con minoría de edad por un museo, para gratificación de dos que tres personas de un equipo de imagen de dicha entidad. Sobre todo si sabemos que tras dicha jornada, ese lugar y ese entorno no reúnen las condiciones mínimas exigidas por la normativa nacional que permita que cualquier persona con discapacidad pueda acudir a dicho sitio, a dicho museo o espacio público, el día que se le antoje o que necesite hacerlo".

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