Los vehículos autónomos, sistemas digitales de orientación y otras tecnologías permitirán dentro de muy poco un transporte más accesible para las personas con discapacidad, según se reconoce en los planes de la Estrategia de Transporte Inclusivo del Gobierno del Reino Unido.
El Departamento de Transporte (DFT) ha elaborado un plan que por primera vez considera la posibilidad de que personas con discapacidades, con ceguera o alguna otras limitaciones funcionales, puedan conducir autos y desplazarse por las ciudades pero en condiciones de seguridad y de accesibilidad.
Parece ser la primera iniciativa de este corte en los países más desarrollados. Su meta es llegar a 2030 con logros reales en esta perspectiva.
Muchas personas con discapacidad visual manifiestan que entre otros sueños, siempre ha estado la posibilidad de ponerse al mando de un auto. Tomar el timón y sentir la experiencia de desplazarse de un punto a otro desde una unidad de transporte. Y aunque la conducción autónoma trasciende precisamente los avatares que implica la conducción humana, la perspectiva que comporta esta política pública no deja de aportar un componente inclusivo para la comunidad de personas invidentes y de otras discapacidades.
Un aspecto interesante de la noticia reside en el hecho de que el cambio no proviene solo del elemento “tecnología” sino del componente social, desde la política pública que las autoridades mismas aportan al tema del transporte.
Ya las iniciativas que provienen desde el concepto de Smart City están tomando en cuenta la relevancia de la accesibilidad y la inclusión y va a ser cada vez más importante que las gobernaciones y municipios adopten la tendencia que además aporta considerablemente alordenamiento del tránsito. En este sentido el coche autónomo y lossistemas digitales de navegación sin proponérselo están aportando su cuota de inclusividad en el modo de entender el transporte en el siglo XXI.
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