miércoles, 29 de mayo de 2013

El Costo de las Barreras para la Accesibilidad de personas Ciegas

Es conocido el nivel de accesibilidad que presenta el paisaje urbano de Lima, en especial enfocado en lo que a movilidad de personas con discapacidad visual se refiere. Sin embargo, es poco frecuente establecer la dimensión real de la falta de accesibilidad para las personas ciegas, debido a que en general, este concepto, el de la accesibilidad se la asume exclusivamente como orientada a personas con discapacidad física, y no en su concepción amplia, que incluya también a la discapacidad sensorial.
Tocamos este tema hoy, porque suele ser frecuente que muchos chicos, sobre todo estudiantes del interior del país que desarrollan sus estudios en la ciudad de Lima, a menudo limitan su accionar, su desenvolvimiento por razones de barreras y de escasa facilidad para el desplazamiento urbano en Lima.
Recientemente una joven estudiante, en la Universidad de San Marcos, que debido a que su radio de desempeño es la ciudad universitaria, incluida la vivienda universitaria, ha experimentado la imposibilidad de desplazarse a uno de los conos de Lima, a recoger o acceder a material didáctico, básicamente porque en esta ocasión no se le podía llevar dicho material hasta la ciudad universitaria.
Cualquiera podría preguntarse:¿Porqué, si la montaña no va a Mahoma, mejor, Mahoma no va a la Montaña?. El problema, como puede comprenderse no es solo la distancia, que ya es decir bastante, por no referirnos al tiempo que esa distancia implicaría, sino, el problema es que no existe un sistema de transporte racional y coherente con la ciudad. No hay forma de que alguien no familiarizado con la ciudad, que además es invidente, pueda confiar en algún sistema que la transporte al punto donde requiere llegar, y hacerlo con la seguridad de que va a llegar y volver sin algún inconveniente o peligro no previsto.
El impacto que tienen situaciones como esta, la suspensión de actividades, la frustración de iniciativas, personales, académicas o incluso profesionales,  es de una envergadura pocas veces mensurada y valorada. las consecuencias reales que impone la presencia de las barreras previsibles de una urbe desordenada como Lima, pero además, la ausencia de las condiciones de accesibilidad que podrían atenuar la presencia de barreras, comporta un daño, una vulneración de las posibilidades de inclusión para los jóvenes, estudiantes o no, con discapacidad visual.
El costo de oportunidad que impone la ausencia de accesibilidad para personas con discapacidad sensorial en Lima, el beneficio que se deja de percibir por no exponerse a amenazas del entorno urbano, por lo demás, reales, es tan alto, que compromete, o puede terminar comprometiendo los esfuerzos que realizan las nuevas generaciones de personas con discapacidad visual y otras discapacidades sensoriales, en la Lima de hoy.

Desde CIDESI hemos tratado de visibilizar el problema, hemos y continuamos tratando de poner en relieve este problema, y anhelamos que instancias como el Instituto ProTransporte, Emape, la propia Municipalidad de Lima, así como el ministerio de Transportes, comprendan y asuman el rol que sus competencias sectoriales les tiene asignado para contribuir con superar los problemas aquí descritos.


viernes, 17 de mayo de 2013

Perspectivas de la Percepción Táctil

Extracto del libro de Daniel Dennet 

Nuestros sentidos del gusto y del olfato están fenomenológicamente acoplados, como también lo están nuestros sentidos del tacto y de la cinestesia, el sentido de la posición y el movimiento de nuestras extremidades y otras partes del cuerpo. «Sentimos» las cosas al tocarlas, agarrarlas o ejerciendo algún tipo de presión sobre ellas, pero las sensaciones conscientes resultantes, pese a que intuitivamente parecen ser «traducciones» directas de la estimulación de los receptores táctiles bajo nuestra piel, también son el producto de un elaborado proceso de integración de datos procedentes de muy distintas fuentes. Tápese los ojos y coja una varilla (un bolígrafo o un lápiz). Toque algunas cosas a su alrededor con la vara y notará que puede distinguir las diferentes texturas de los objetos sin demasiado esfuerzo, como si su sistema nervioso tuviera sensores en la punta de la vara. Se precisa un pequeño esfuerzo para atender al modo en que se siente el palito entre nuestros dedos, a cómo vibra o a cómo vence el rozamiento al entrar en contacto con las diferentes superficies. Este intercambio entre la vara y los receptores táctiles (ayudado en muchos casos por sonidos casi imperceptibles) proporciona la información que el cerebro integra en un reconocimiento consciente de la textura del papel, el cartón, la lana o el cristal. Sin embargo, estos complejos procesos de integración distan mucho de ser transparentes a la conciencia; es decir, no nos damos cuenta —no podemos darnos cuenta— de cómo lo hacemos. Pongamos un caso aún más extremo, piense en cómo percibe usted que el firme de la carretera está resbaladizo por la presencia de una mancha de aceite bajo las ruedas de su coche en el momento de tomar una curva. El punto focal fenomenológico de contacto es aquel punto en que el neumático toca con el suelo, y no un punto del cuerpo de usted, sentado y vestido, o un punto en el asiento del coche o en sus manos enguantadas y agarradas al volante. Ahora, sin destaparse los ojos, deje la varilla y haga que alguien le haga tocar objetos de porcelana, plástico, madera pulida y metal. Todos ellos son lisos y suaves al tacto, pero usted no encontrará ninguna dificultad en distinguirlos (y no porque usted posea receptores especializados para la porcelana o el plástico en las manos). La diferencia de conductividad del calor parece ser uno de los factores más importantes, pero no es esencial: le resultará bastante sorprendente la facilidad con que podrá usted distinguir las diferentes superficies «sintiendo» sólo con la varilla. Esta posibilidad debe depender de vibraciones en la varilla o de diferencias indescriptibles —pero detectables— en los crujidos y chasquidos que se oyen. Sin embargo, es como si nuestras terminaciones nerviosas estuvieran en la varilla, porque percibimos las diferentes superficies en la punta de la varilla.

Fragmento extraído del libro: La conciencia Explicada Autor: Daniel Dennet

miércoles, 8 de mayo de 2013

Podcast Infolector: Demo del Uso de Yorufukurou en Mac

En este Mini podcast de Infolector, hoy dejamos una breve demo del uso de la aplicación para Mac, Yorufukurou. Se trata de una de las aplicaciones para gestionar Twitter, pero entre todas, es la que parece ofrecer mejor accesibilidad con lector de pantalla.
En la demo se podrá apreciar alguna de las rutinas básicas de su uso, como enviar tweets, responder, retwitear etc.
Cualquier duda o sugerencia, dejarla en los comentarios aquí en el blog, o en los comentarios de Facebook de CIDESI.

Minipodcast Infolector: Uso de Yorufukurou para Mac

viernes, 3 de mayo de 2013

Lectura y Servicios Bibliotecarios para ciegos

En la esfera de la accesibilidad de la información y puntualmente del acceso de personas con discapacidad visual a la lectura, existe actualmente un serio problema en el Perú. Antes que nada, es importante que este fenómeno se manifieste como problema, es mejor eso a la ausencia de movimiento en lo referido al acceso a la lectura, y luego, es totalmente significativo que el problema haya pasado de los usuarios, vale decir, del grupo de los demandantes del servicio, a los bibliotecarios o responsables de bibliotecas, quienes ofrecen o atienden servicios de lectura. La cuestión, desde un punto de vista bibliotecológico, es poder identificar dónde reside el problema y cómo, qué rasgos definen ese problema en su versión actual. Desde esta tribuna, desde Infolector, consideramos que el problema del acceso de personas con discapacidad visual a la lectura no se reduce ya, al tema del sistema Braille. Concebirlo así, como un problema de disponibilidad o indisponibilidad de libros en sistema Braille, es no dimensionar en toda su magnitud el problema del que se está hablando aquí. Nosotros consideramos que el problema es ante todo, un problema de acceso a contenidos accesibles. La naturaleza del problema que enfrentan actualmente las personas ciegas y con limitaciones para la lectura es la cuestión del acceso a contenidos accesibles. Problema que nosotros podríamos definir o describir del siguiente modo: No existen libros accesibles, porque no existen contenidos digitales. La cuestión central del problema es la no disponibilidad de material digital, en versión digitalizada. La condición necesaria para que los libros sean accesibles reside en que esos libros, previamente estén en formato digital. Si un texto o libro está previamente en soporte digital, el que pueda ser transcrito o convertido a accesible, es solo una cuesitón de proceso técnico y nada más. Un libro en formato digital permite que luego pueda disponerse de ese libro, en formato sistema Braille, o en versión de audiolibro, o formato de libro Daisy, o en e-book para lector digital. Pero, adicionalmente a estas cuestiones de orden técnicas, existe un problema serio, compartido tanto por usuarios con discapacidad visual como por bibliotecarios, los dos, actores principales en el drama del acceso a la lectura por personas ciegas. Problema frecuente del usuario con discapacidad visual: El problema común del usuario ciego o con baja visión, es haberse dejado hechizar por la tecnología, y suponer que lo decisivo en la lectura, es el artefacto de reproducción, de lectura digital. O sea, creer que lo que una biblioteca ante todo, necesita son PCs con lectores de pantalla. Y su consejo, sugerencia, recomendación o pedido suele ser este: Quiero computadora con JAWS. Solo esta cuestión, la de un lector de pantalla de estas características, a menudo, a hechado atrás a más de un bibliotecario. Este error es frecuente entre los estudiantes, entre los usuarios y lectores de las generaciones más jóvenes, y tiene que ver con su deslumbramiento por las potencialidades que ofrecen las nuevas tecnologías, que dicho sea de paso, ya ni son tan nuevas, esas tecnologías. Este error es algo que los propios usuarios tendrán que superar y resolver a efectos de que tal concepción no continúe retrasando la implementación de más y nuevos servicios de bibliotecas para lectores con discapacidaid visual. Problema frecuente del bibliotecario: El problema más común y recurrente entre quienes ofrecen o atienden servicios de bibliotecas, es uno que surge más bien, de un prejuicio sobre la condición de la persona ciega. El error casi inescapable de los bibliotecarios suele ser este: El ciego es un caso muy especial, y para atenderlo, necesito un servicio muy especial. En el caso de las generaciones de bibliotecarios o responsables de biblioteca de las generaciones anteriores, este prejuicio suele estar asociado a la noción de altruismo, de sensibilidad social. Y en las generaciones más recientes, parece estar asociado a creer que es un asunto muy especializado. Esto, en términos prácticos se traduce en la tendencia a abrir salas especiales para ciegos, como si tal cosa en sí misma fuera suficiente para conseguir la meta de brindar acceso a la lectura a los usuarios ciegos. Debido a lo señalado arriba, suele suceder que el énfasis de los responsables de bibliotecas, cuando se deciden a implementar servicios de lectura para ciegos, estará invariablemente dirigida a privilegiar los soportes tradicionales, cuando se los encuentra, y en última instancia, en la convocatoria misma, en la intención aglutinante, más que en el acto mismo de la lectura. Queremos decir, que por lo general cuando alguna biblioteca se anima a abrir un servicio de lectura para ciegos, fundamentalmente se ocupará de conseguir libros Braille, en muchos casos, artilugios para la escritura Braille, y en el mejor de los casos, a conseguir los lectores de pantalla para alguna PC que puedan usar los lectores con discapacidad visual. La consecuencia más directa es o suele ser, que luego de la apertura y primeros momentos de emoción, la concurrencia de usuarios de la sala caerá drásticamente. Y la escena más característica será aquella en la que el o la responsable de la biblioteca expresa en tono de angustia: "Necesito que vengan lectores ciegos, por favor.". Lo paradójico del tema, es que a pesar de la permanente y ardorosa necesidad de los lectores y en especial, de los estudiantes ciegos, muchas de estas salas, que en realidad no son muchas, suelen lucir vacías o con poca afluencia de usuarios. Esto merece un exámen y un debate amplios, tanto por parte de los gestores de servicios de bibliotecas, vale decir, los bibliotecólogos, como por parte de la comunidad de usuarios con discapacidad visual, a efectos de lograr una compatibilidad razonable y coherente entre la oferta de servicios de lectura y los usuarios de la misma.