viernes, 23 de abril de 2010

De Bibliotecas y de Libros

En el día del Libro El País.
Hoy 23 de abril se celebra en distintos países, sobre todo en el mundo hispano, el día del libro. Es el día del idioma y del libro. En realidad va como una recordación a Cervantes y la trascendencia que le dió a la lengua castellana.
Pero, queremos consignar aquí esto que dice muy interesantemente el escritor argentino Alberto Manguel:

Libros subversivos
Toda biblioteca, como aquélla de hace tanto, contiene textos secretamente subversivos que burlan la vigilancia del bibliotecario; porque la subversividad -de forma muy parecida a lo que ocurre proverbialmente con la belleza- está en el ojo del espectador. A la edad de siete años, los libros de caballerías que santa Teresa de Jesús lee en la biblioteca paterna la impulsan a desafiar a sus padres y escaparse de su hogar con la intención (aunque la encontraron a un par de kilómetros escasos de allí y la enviaron de vuelta a casa) de 'buscar el martirio entre los infieles, en tierra de moros'. Los poemas de Auden que leía Joseph Brodski durante el tiempo que pasó en Siberia, condenado a trabajos forzados en los campos, fortalecieron su decisión de desafiar a sus carceleros y sobrevivir en espera de una libertad a duras penas vislumbrada. De la misma forma, aquellos que se echan sobre las espaldas la tarea de guardar el acceso a los fondos de la biblioteca encuentran peligros donde otros no los ven. Es sabido que el general Pinochet prohibió el Quijote en las bibliotecas chilenas porque creyó encontrar en dicha novela un argumento en pro de la desobediencia civil; también, que hace algunos años el ministro de Cultura japonés puso reparos a Pinocho por contener imágenes poco halagüeñas para los disminuidos físicos, la del gato que se hace pasar por ciego y la del zorro que simula estar lisiado. Razones igual de personales e intransferibles se han aducido para prohibirlo todo, desde El mago de Oz (un semillero de creencias paganas) hasta El guardián entre el centeno (un peligroso modelo conductual para los adolescentes).
Pero en vista de que contienen todo lo que la sociedad rechaza -aunque luego tenga que volver a introducirlo por la puerta trasera-, como nos permiten descubrir lo que ignorábamos que teníamos y lo que ignorábamos que éramos, como son el baluarte de la memoria social y el manantial de futuras revelaciones, las bibliotecas son indispensables para la vida de cualquier país que se tenga por culto; y, por su parte, los ciudadanos de ese país tienen la obligación moral de ayudar a sufragarlas. Es una verdad que convendría repetirse a menudo.

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