domingo, 24 de abril de 2011

Mario Vargas Llosa y el Liberalismo

Desde Buenos aires.
Vargas Llosa
Este viernes 22 de abril, solo antes de ayer nomás, Mario Vargas Llosa ha disertado sobre el liberalismo, sobre sus visiones del liberalismo, dentro del marco de la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires.
consignamos el enlace para reproducir el video de Youtube:

Vargas Llosa y el Liberalismo - Youtube.

sábado, 23 de abril de 2011

En el Día del Libro: 'Prosas apátridas'

Del escritor Julio Ramón ribeyro.
Ribeyro.
Uno de los primeros libros de escritores peruanos que leí completo, fue el famoso: La Palabra del Mudo, de Julio Ramón ribeyro. Una experiencia en la que por primera vez, un limeño, cualquiera como yo, podía conocer su propia ciudad, su ominosa realidad, desde el fascinante lente de la literatura. Por supuesto, ya desde el colegio había leído alguno de sus cuentos, el de Los Gallinazos sin Plimas es paradigmático. Pero solo a partir de leer un libro completo, con cuentos sobre diversas dimensiones de la vida cotidiana de esta ciudad, Lima, fue que confirmé lo que ya había oído decir de este escritor peruano.
Recuerdo también, allá por el año 1991, en una entrevista de Guillermo ggiacosa en su programa 'Informalísimo', escuchar a Guillermo thorndike, contar una graciosa anécdota sobre Julio Ramón Ribeyro. contaba Thorndike que una vez, creo que a pedido del propio Ribeyro, Thorndike y otros amigos, contactaron con uno de los más peligrosos delincuentes de la época, para reunirse, tomarse unos tragos en casa de uno de ellos. Julio ramón Ribeyro tenía interés de conocer de manera directa, la performance, la personalidad y los gestos de un verdadero hombre del hampa. Pero, sucede que cuando estuvieron reunidos, y llegó Ribeyro, el delincuente, que había sido convencido para asistir a la reunión, no dejaba de mirar al escritor. Lo miraba con una suerte de fijación y nerviosismo. Preguntó si el hombre delgado, era policía. A lo que los allí reunidos le indicaron que no, que se trataba de un escritor, y de los buenos. Pero, al tipo, el delincuente, talvez uno de los más rankeados de la época, nunca le terminó de convencer el dato, y durante toda la reunión, no dejó de mirar al inescrutable hombre delgado, el gran Julio Ramón ribeyro.
Hoy, en el día del libro, queríamos compartir uno de los últimos libros de este genial escritor peruano, las Prosas Apátridas. Antes, consignamos una breve semblanza de Ribeyro:
Las Prosas apátridas son, por su parte, el compendio de los muchos escritores que fue JRR, su auténtico documento de identidad. Síntesis de una personalidad huidiza, en perpetua mudanza, estas prosas carecen de "un territorio literario propio": "No son -escribe en la 'Nota de autor'- poemas en prosa, ni páginas de un diario íntimo, ni apuntes destinados a un posterior desarrollo." En las Prosas... Ribeyro dibuja sus pensamientos, rescata la pedacería de las horas perdidas, atrapa gestos cotidianos, relata anécdotas que son trozos de cuentos, describe sueños, visiones e intuiciones; consigna las pequeñas imbecilidades del mundo; escribe ensayos instantáneos, encapsulados. El libro es, así, el continente imaginario y provisional (las Prosas... conocieron varias ediciones corregidas y aumentadas) a donde fueron a dar fragmentos y apuntes perdidizos escritos con el curso de los años, y que no hallaban alojamiento en ningún libro o género definidos. Recojo aquí la prosa 161, por tratar un asunto insignificante, de esos que le gustaban a Ribeyro, y por confirmar su certeza de que "todo tiene importancia, nada tiene importancia, aquí, ahora": "Costumbre de tirar mis colillas por el balcón, en plena Place Falguière, cuando estoy apoyado en la baranda y no hay nadie en la vereda. Por eso me irrita ver a alguien parado allí cuando voy a cumplir este gesto. '¿Qué diablos hace ese tipo metido en mi cenicero?', me pregunto."
El destino que han seguido estas Prosas... es tan extraño y paradójico como el de toda la obra de Ribeyro. En Los dichos de Luder alguien pregunta: "¿No te preocupa escribir desde hace treinta años para haber alcanzado tan minúscula celebridad?" A lo que Luder responde: "Por supuesto. Me gustaría escribir treinta años más para ser completamente desconocido." En efecto, el autor de La tentación del fracaso. Diario personal 1960-1974 quiso ser un escritor afantasmado, el volátil inquilino de sus cuentos, dispuesto a desaparecer después de haberle pagado su cuota a la ficción. Sin embargo, a fuerza de disimular su talento, Ribeyro fue surgiendo, para su sorpresa, no sólo como un maestro indiscutible del relato corto, sino como uno de los autores más leídos en Perú. Y fuera de Perú. Cuenta Bryce Echenique que un mercenario de la guerra de Vietnam se fue desde Birmania hasta París nada menos que a pedirle al ocupado de Ribeyro que le escribiera sus memorias, "porque de lo contrario... Decía Julio Ramón que el pistolón era de este tamaño". No es raro, entonces, que un libro tan heterodoxo como las Prosas apátridas, cuya tesitura intelectual parecía ser coto exclusivo de literatos, se haya convertido en prontuario de bolsillo de taxistas y médicos.
Enemigo de los reflectores y micrófonos, Ribeyro solía enviar a sus "representantes" (su amigo Bryce, su propio hijo o quien estuviera a la mano) a la escena, diciendo en su descargo que estaba bajo la tiranía de un severo resfriado. En noviembre de 1994 fue condecorado con el Premio Juan Rulfo, a cuya ceremonia no pudo asistir a causa de su delicado estado de salud. Su desdén por el prestigio y las aureolas había llegado demasiado lejos. Ribeyro murió pocos días después, el 4 de diciembre de ese año.

Vía: SoloLiteratura.com
Aquí dejamos el libro para su descarga:
Prosas Apátridas.doc
El libro estará disponible solo temproalmente, posteriormente podrán solicitarlo en la Biblioteca Infolector. Y esperamos que les resulte una grata experiencia su lectura.

viernes, 22 de abril de 2011

El Primer Sistema Operativo con Lector de Pantalla Incorporado

Y con voz en español.
Lyon - Apple.
Así es, tal como suena, Apple ha publicado una versión de prueba de su sistema operativo, el flamante Lyon OS. Ciertamente la noticia no es nueva, en el caso del sistema operativo de apple. Desde la versión Tiger, hace ya más de cinco años, incorporaba un lector de pantalla, completo y totalmente funcional. Solo que para el caso nuestro, de habla en español, no se disponía de una voz en castellano.
El usuario de habla inglesa, ya contaba con la voz de alex, una excelente voz en inglés. Entonces, el cliente anglosajón no tenía problemas en adquirir una MAC, y empezar a usarla desde que abría la caja.
Pero el usuario o cliente de habla española, tenía todavía que adquirir una buena voz en castellano, para la plataforma MAC. Con la nueva versión que apple está lanzzando, el Lyon OS, este problema se supera. Pues, el voiceOver, el lector de pantalla nativo de apple, utiliza la misma voz que ya contenía en sus dispositivos iPhone.
De modo que hoy, ya mismo, desde que uno adquiere alguna MAC, abre la caja y la conecta, podremos activar el lector de pantalla, VoiceOver, y empezar a trabajar sin necesidad de conseguirse alguna licencia o versión craqueada de algún lector de pantalla.
Congratulaciones a Apple por esta decisión que los usuarios de habla castellana esperábamos para poder decidirnos y hacernos de uno de estos equipos.
Con esto, ya tenemos la primera marca que nos ofrece una solución totalmente habilitada y completa de accesibilidad en computadoras para usuarios ciegos. Haciendo las comparativas del caso, costo de la computadora, costo del programa lector de pantallas, y costo de soporte para las diversas configuraciones y adaptaciones de una PC, conviene pensar en una MAC que ofrece todo eso, con un excelente nivel de usabilidad, y casi casi, a un menor costo.
De todos modos, lo que nosotros sugerimos es acercarse a alguna tienda que ofrece estos productos, y hacerles todas las pruebas al revés y al derecho, para estar seguros de la decisión tomada.

jueves, 21 de abril de 2011

Poesía: Ceremonia solitaria alrededor de un tintero

Jorge Eduardo Eielson.
Ave Crítica.
Tomado del blog Ave Crítica, consignamos este poema que nos ha resultado sencillamente fuerte:
Ceremonia solitaria alrededor de un tintero (Jorge Eduardo Eielson)

Todo el mundo huye de mi corazón
Porque parece un cocodrilo. Todo el mundo dice
Que no soy un hombre sino un árbol derribado. Nadie sabe
Que entre mis ojos de niño y mi pecho cansado
Hay solamente musgo, llanto, flores indecibles,
Versos que parecen de oro puro
Y no son sino fragmentos de una estrella de papel.
No es culpa mía si estoy hecho de cristales amargos,
De irremediable ceniza y líquidos ardientes
Que se disputan mi ternura y sin cesar empujan
Dolorosas poleas, émbolos y ruedas escarlata.
Soy solamente un puñado de tierra que tropieza,
Un insolente juguete de cabellos negros
Y dientes amarillos. No es culpa mía
Si no parezco de carne y hueso, si bajo mi sombrero
Y mi pantalón gastado palpita un cielo puro,
Si todo el mundo dice que no amo a la gente
Porque me pongo una corbata y observo el firmamento,
O porque estoy hecho de sustancias aciagas,
De sonrientes materias que sollozan y sollozan
Y sollozantes materias que sonríen y sonríen.
Soy solamente un animal que escribe y se enamora,
Un laberinto de células y ácidos azules,
Una torre de palabras que nunca llega al cielo
Porque no toca ni se apoya en los luceros,
Sino en mi pobre corazón siempre en tinieblas,
Siempre en el fondo de un tintero,
Como si fuera un cocodrilo

miércoles, 20 de abril de 2011

Accesibilidad Móvil con VoiceOver

iPhone en nuestras manos.
Apple.

Algunos usos del iPhone sin la menor imagen, y con el solo apoyo del voiceOver, el lector de pantalla de la marca Apple, se entrega esta breve demostración en video.
Para ver el video, visita este enlace de Youtube.

Este y otros videos SOBRE ACCESIBILIDAD Y DEMÁS ACTIVIDADES DE cidesi, pueden encontrarse en el perfil CidesiPerú de Youtube.
Esperamos sus comentarios y aportes.

sábado, 16 de abril de 2011

El Braille en el Perú y América

Charlas en CERCIL.
Signo Braille.

Nos llega esta convocatoria para unas charlas de interés en el tema del sistema Braille, que estará organizado por miembros peruanos del Consejo Interamericano del braille:
Convocatoria:
Charlas El Braille en el Perú y América
Continuando con nuestros esfuerzos de trabajar en
forma unificada con las diferentes instituciones de
personas con discapacidad visual a nivel nacional, y
en aras de difundir información importante para el
colectivo que nos permita seguir integrándonos como grupo y
alcanzar una meta en común, los miembros del Grupo Técnico
del Consejo Iberoamericano del Braille tenemos el agrado de
convocar
a todas las Instituciones DE Personas CON
Discapacidad Visual y al público en general a la charla El
Braille en el Perú y América que se llevará a cabo en el
auditorio del Centro de Rehabilitación de Ciegos de Lima
CERCIL, ubicado en Av. las Nazarenas 845,Urbanización Las
Gardenias - Surco. Lima, el día 26 de Abril a las 15.00
horas.
Programa
La Historia del Braille en el Perú (invitado, Sr. Mario
Flores)
El Consejo Iberoamericano del Braille (Sr. Denis Povis
Miembro del grupo Técnico del CIB)
La comision Latinoamericana del Braille (Sr. John
Hinojosa Miembro del Grupo Técnico del CIB)
Agradecemos su participación y les pedimos confirmar su
asistencia a los siguientes números telefónicos: 999458840
oal 991889103 o escríbanos al correo electrónico efiperu1@gmail.com.
Atentamente:
Denis Povis
John Hinojosa
Integrantes del Grupo Técnico del
Consejo Iberoamericano del Braille

Vía: Grupo Infolector

miércoles, 13 de abril de 2011

Publicación: "El Deseo del Cuerpo"

Fondo Editorial del Congreso.
El deseo del cuerpo.
Nueva publicación
Fondo Editorial del Congreso
El deseo del cuerpo. Hombres y mujeres en la Lima contemporánea
Liuba Kogan
El deseo del cuerpo lleva a nuevas fronteras las investigaciones de género iniciadas por Liuba Kogan en Regias y conservadores, publicado anteriormente por el Fondo Editorial del Congreso. En esta oportunidad la autora ahonda su reflexión acerca de las vinculaciones entre cuerpo e identidad a la vez que incluye en su estudio, antes enfocado en las clases altas, a otras regiones del espectro social limeño.
Kogan advierte que la teoría clásica sobre los puentes entre cuerpo e identidad ha extraído sus conclusiones a partir del examen de sujetos afectados por alguna disrupción. El conjunto comprende a discapacitados, siameses, hermafroditas, anoréxicos u obesos, amnésicos, individuos sometidos a torturas físicas, etc. La anotación es del todo oportuna puesto que, por el contrario, Kogan centrará su estudio en un universo de personas ubicadas dentro del estándar, a las que aborda mediante el método de la entrevista privada. Persuadida de que la cultura de la posmodernidad es de algún modo una práctica de la autopercepción, Kogan confía en la capacidad de los entrevistados de elaborar representaciones coherentes sobre sus cuerpos y suministrarle así, por medio del lenguaje, elementos para formular hipótesis válidas en su relación con la subjetividad. El punto es decisivo, y en él reposa en buena parte la pertinencia de su propuesta.
Por lo demás, al igual que en Regias y conservadores, Liuba Kogan se cuida de abarcar a todos los grupos de edad en busca de incrustar la noción del género en la movilidad y la transformación de las condiciones sociohistóricas. Hay que decir que el énfasis concedido a los años es otra novedad del estudio de Kogan.
Los testimonios a los que tiene acceso la investigadora la obligan a abandonar las conclusiones simétricas. Ocurre que en algunos aspectos el género se prueba más resistente que lo que los tiempos podrían sugerir y en otros casos bastante menos determinante que lo que la costumbre insinuaría. Como resultado, se establecen combinaciones heterogéneas, cercanas al impasse teórico. Puede suceder que un rasgo de género emblemático atraviese a todas las generaciones, o que el género se modifique conforme al espíritu particular de cada generación, o que simplemente deje de ser un elemento influyente, como se observa respecto a ciertas áreas en los grupos más jóvenes. En el primer caso, el género se muestra dependiente de la continuidad generacional, relativizando el principio de cambio, en el siguiente abraza el cambio conservando no obstante su carácter de frontera, mientras que en el tercero sucumbe totalmente a los criterios de equidad, versatilidad y elección propugnados por el pensamiento posmoderno.
Un ejemplo de la continuidad generacional es que las mujeres siguen concediendo a la vida familiar la máxima importancia en su esquema de vida, tanto como los hombres la encuentran en la autonomía y la independencia económicas. A la inversa, la discontinuidad generacional estaría representada por la forma en que los grupos menores de 40 años otorgan, desde su propia posición de género, una relevancia mucho menor a la autoridad paterna que la que le reconocieron las generaciones precedentes, y por lo tanto se muestran menos constreñidos a cumplir los roles predeterminados por la tradición ---un caso concreto, mencionado en el libro, es del fotógrafo que rehúsa ser médico, como lo fueron sus mayores. Por último, la minimización del género se manifiesta en el modo en que los jóvenes de 20 años, al margen del sexo, usan sus cuerpos y propiamente lo intervienen para convertirlo en un signo potente de identidad.
El deseo del cuerpo de Liuba Kogan se presentará a fin de mes en el Congreso de la República.
Lima, 12 de abril de 2011 No tiene versión accesible para ciegos.

martes, 12 de abril de 2011

Los Ensayos de Luis Loayza

Toque de Piedra.
El País.
Es un placer leer los ensayos de Luis Loayza y, a la vez, es imposible no sentir, mientras uno goza con ellos, esa melancólica tristeza que nos inspiran las buenas cosas que se acaban, que el tiempo va dejando atrás. Porque el ensayo literario que Loayza ha practicado toda su vida fue el que escritores como Edmund Wilson y Cyril Connolly en el mundo anglosajón, o PaulValéry, Jean Pauhlan y Maurice Blanchot en Francia, o Alfonso Reyes, Octavio Paz y Ortega y Gasset en español utilizaron para expresar sus simpatías y diferencias a la vez que, al hacerlo, escribían textos de gran belleza literaria.
Loayza nunca hace trampas. El lector siente como respeto su esfuerzo de claridad y sencillez
Es grato escapar en estos días en que el Perú parece a punto de cometer un nuevo suicidio político
En nuestro tiempo, la crítica se ha apartado de esa buena tradición y escindido en dos direcciones que están, ambas, a años luz de la que encarnan los ensayos de Luis Loayza. Hay una crítica universitaria, erudita, generalmente enfardelada en una jerga técnica que la pone fuera del alcance de los no especialistas y, a menudo, vanidosa y abstrusa, que disimula detrás de sus enredadas teorizaciones lingüísticas, antropológicas o psicoanalíticas, su nadería. Y hay otra, periodística, superficial, hecha de reseñas y comentarios breves y ligeros, que dan cuenta de las nuevas publicaciones y que no disponen ni del espacio ni del ánimo para profundizar algo en los libros que comentan o fundamentar con argumentos sus valorizaciones.
El ensayo al que yo me refiero es a la vez profundo y asequible al lector profano, libre y creativo, que utiliza las obras literarias ajenas como una materia prima para ejercitar la imaginación crítica y que, a la vez que enriquece la comprensión de las obras que lo inspiran, es en sí mismo excelente literatura. Para lograr ambas cosas hace falta amar de veras los libros, ser un lector pertinaz, estar dotado de lucidez y sutileza de juicio, y escribir con inteligencia y claridad.
Luis Loayza tiene todo ello en abundancia. Hasta ahora ha sido un autor poco menos que secreto, en torno al cual ha ido surgiendo una especie de culto entre los jóvenes escritores peruanos, que hacían milagros para leerlo, porque tanto sus relatos como sus ensayos habían aparecido en ediciones de escasa difusión, algo clandestinas, por el absoluto desinterés que él tuvo siempre por la difusión de su obra, algo a lo que parece haberse más bien resignado debido a la presión de sus amigos. Loayza es uno de esos extrañísimos escritores que escribe por escribir, no para publicar.
Había la idea de que, además de secreto, era autor de una obra muy breve. Pero, ahora que la Universidad Ricardo Palma, de Lima, ha tenido la magnífica idea de publicar dos volúmenes con sus ensayos y relatos, se advierte que esta obra no es tan escasa, que en sus casi 77 años de vida Luis Loayza ha escrito una considerable cantidad de textos, que, además, tienen la virtud de ser de pareja calidad, de notable coherencia intelectual y de una gran elegancia literaria.
Yo hablo ahora de sus ensayos porque acabo de releerlos, y no de sus relatos, pues me guardo ese placer para más adelante, pero sé que también en estos últimos aparece esa prosa tan persuasiva, limpia y clara, impregnada de ideas, de buen gusto, juiciosa y delicada, que enaltece al autor tanto como al que la lee. Loayza es uno de los grandes prosistas de nuestra lengua y estoy seguro de que tarde o temprano será reconocido como tal.
Ya lo era cuando yo lo conocí, en la Lima de los años cincuenta. Aunque ahora nos veamos muy poco, no creo que haya cambiado mucho. Lector voraz, desdeñoso de la feria y la pompa literaria, ha escrito sólo por placer, sin importarle si será leído, pero, acaso por eso mismo, todo lo que ha escrito exhala un vaho de verdad y de autenticidad que engancha al lector desde las primeras frases y lo seduce y tiene magnetizado hasta el final. Sus ensayos cubren un vasto abanico de temas y de autores y delatan un espíritu curioso, cosmopolita, políglota, en el que, pese a haber vivido tantos años en el extranjero -París, Nueva York, Ginebra- ese Perú donde hace cerca de 20 años no pone los pies, está siempre presente, como una enfermedad entrañable.
Hable del Ulises de Joyce, de la biografía de Borges que escribió Rodríguez Monegal, o de la breve aparición de dos personajes peruanos en Rojo y negro de Stendhal y En busca del tiempo perdido de Proust, los ensayos de Loayza resultan siempre sorprendentes y originales, por la perspectiva en que los temas son abordados, o por la astuta observación que desentraña en esos textos aspectos y significados que nadie había percibido antes que él. Es el caso de la serie de estudios que consagró al Novecientos, en los que ese período de la cultura y la historia peruana resucita con un semblante totalmente inédito.
Loayza nunca hace trampas. No hay, en este volumen de casi 500 páginas, una sola de esas frases pretenciosas en que los críticos inevitablemente caen alguna vez, para exhibir su vasta cultura, o esos oscurantismos mentirosos que disimulan su indigencia de ideas y su vanidad. Y hay, en cambio, en todos ellos, siempre, un esfuerzo de claridad y sencillez que el lector siente como una prueba de consideración y respeto hacia él, y de probidad intelectual. En los extensos análisis, como el prólogo que escribió para su traducción de las obras de De Quincey, o las dos o tres páginas deliciosas que dedica a "Simbad el Maligno", los ensayos de Loayza son un canto de amor a la literatura. Todos ellos nos muestran, de manera contagiosa, que la literatura enriquece la vida, la hace más comprensiva y llevadera, que las obras logradas nos civilizan y humanizan, alejándonos del bruto que llevamos dentro, ese que fuimos antes de que los buenos libros, las buenas historias, la buena poesía y la buena prosa, lo domesticaran y enjaularan.
Al mismo tiempo que leía los ensayos de Luis Loayza he estado hojeando los tres números de la revista Literatura que sacamos con él y con Abelardo Oquendo en la Lima de finales de los años cincuenta, cuando éramos tres letraheridos que aprovechábamos todos los minutos libres que nos dejaban los trabajos alimenticios para vernos y hablar y discutir con pasión y fanatismo de libros y autores. Por esa época, Loayza contrajo una curiosa alergia contra todo lo feo que se encontraba al paso en este mundo. Una desagradable exposición de pintura, una mala película, un poema vulgar, un bípedo antipático, y empezaba a ponerse muy pálido, se le hundían los ojos y le sobrevenían incómodas arcadas. Abelardo y yo nos burlábamos, creyendo que exageraba. Pero había una honda verdad en esa pose. Porque ese rechazo de la fealdad es un rasgo perenne de todo lo que ha escrito. No hay en esta colección de ensayos elaborados a lo largo de toda su vida nada que desentone, ofenda, desmoralice o disguste al lector. Y sí, siempre, una pulcritud y rigor en la palabra y en la idea que lo llenan de halago y gratitud.
Tenía algo de temor con esta reedición de Literatura que ha hecho la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, pues pensaba que los años podían haber destrozado aquella revista juvenil. Pero, no, no hay en sus páginas nada de qué avergonzarse. Protestamos contra la pena de muerte, rendimos homenaje a César Moro -casi desconocido entonces-, polemizamos contra el realismo socialista, publicamos bellos poemas de Raúl Deustua y de Sebastián Salazar Bondy, un hermoso cuento de Paul Bowles, traducido por Loayza, y nos solidarizamos con los barbudos que en la Sierra Maestra se habían alzado contra la dictadura de Batista. Todas sus páginas expresan la inconmensurable ilusión de ser escritores alguna vez. Muy decoroso, en verdad.
En estos días en que el Perú, para no perder la costumbre, parece a punto de cometer un nuevo suicidio político, ha sido grato escapar de la cruda realidad por unas cuantas horas al día y refugiarme, gracias a Luis Loayza, en la añoranza de la juventud, la amistad y la buena literatura.
©

Vía: El País.

domingo, 3 de abril de 2011

La Biotecnología y la ficción

La tecnología regenerativa.
BioTech.
Resulta en la actualidad muy difícil desligar el desarrollo de las denominadas TIC, de otros tipos de desarrollo científicos y tecnológicos. Nociones como el diseño, arquitectura, ergonomía, empiezan a penetrar en otros y nuevos campos, produciéndose una serie de fusiones y convergencias que nos presentan escenarios cada vez más impresionantes.
Consignamos esta nota de Página 12, donde se informa sobre la recientes conferencias TED:
Anthony Atala es un médico/investigador que lidera el Instituto de Medicina Regenerativa de la Universidad de Wake Forest, ubicada en Winston-Salem, en Carolina del Norte. En el marco de las charlas TED que se realizan todos los años en Long Beach, Atala dio una conferencia de 18 minutos el 3 de marzo de este año. Mientras lo escuchaba, junto a otras 1500 personas, pensaba que si no fuera en ese lugar, ante ese público, con las credenciales que garantizaban credibilidad, yo hubiera imaginado que estaba escuchando a un fabulador o un embustero. Pero no, lo que decía era verdad.
Empezó así: "En el mundo hay una crisis enorme por la falta de órganos. Es un hecho que el hombre ahora vive más. La medicina ha hecho un esfuerzo para lograrlo y así estamos ahora. Pero también es cierto que a medida que envejecemos, lo mismo sucede con nuestros órganos, que empiezan a fallar. Por lo tanto, no hay suficientes órganos para transplantar y cubrir las necesidades de la gente. De hecho, en los últimos 10 años, el número de pacientes que requieren órganos se ha duplicado, mientras que el número de trasplantes ha permanecido casi constante. Y es por eso que aparece en escena el campo de la medicina regenerativa".
Acá, una pausa. Es obvio que yo soy un lego que sólo quiere compartir mi entusiasmo frente a lo que escuché. Pero lo que sigue -si se concreta tal como está planteado- implicaría uno de los avances más fabulosos de los que se tiene memoria y permitiría resolver un problema crítico para la humanidad: la producción artificial de órganos. Y con una tecnología revolucionaria.
Quiero contar acá sólo algunas de las técnicas que explicó Atala, pero prepárese, porque el primer impacto tiene que ver con la aparición de impresoras tridimensionales. Sí, impresoras que no sólo imprimen sobre papel, sino que van reproduciendo un objeto (un hueso o una vejiga, por ejemplo) tal como usted lo está imaginando mientras lo mira en la pantalla de una computadora. Estas impresoras generan una réplica en tres dimensiones de lo que uno tiene en el monitor. Ciencia ficción, ¿no? No.
"Esto que ven acá es una impresora a tinta [1], de las que se usan habitualmente para imprimir sobre papel. La única diferencia es que ésta en lugar de usar tinta, usa ¡células!"
Mientras tanto, en una pantalla gigante que cuelga sobre el escenario, se ve cómo el cabezal de la impresora va de un lado hacia otro para construir una estructura. Le lleva aproximadamente 40 minutos hacerlo. Después, se produce un cambio de nivel, y ahora la impresora imprime una nueva capa un poco más abajo que la anterior.
Atala sigue: "Una vez que la impresora termina con su tarea, uno retira el objeto que acaba de construir (un hueso en ese caso) y está en condiciones de trasplantarlo a un paciente".
Antes de avanzar en la lectura, piense una vez más: no sólo se trata de imprimir en tres dimensiones, sino que estamos hablando de imprimir con células en lugar de tinta, y produciendo un hueso que luego se implanta en una persona. En fin.
Sigue Atala: "Una tecnología más avanzada con la que estamos trabajando ahora es una nueva generación de impresoras más sofisticadas. Las estamos usando para vencer el mayor desafío que tenemos: la creación de órganos sólidos. No sé si ustedes se detuvieron a pensar en esto, pero el 90 por ciento de los pacientes que requieren un trasplante están en una lista aguardando un riñón. Mucha gente en el mundo muere a diario porque no hay suficientes donantes. Por supuesto, replicar un riñón presenta otro tipo de desafíos: es un órgano más grande, vascularizado, requiere una red intrincada de vasos por los que llega la sangre y hay un montón de células presentes también. Entonces, la estrategia en este caso es la siguiente: producimos una tomografía computada del órgano a reemplazar y vamos 'capa por capa' usando una técnica que llamamos 'análisis de imágenes a través de morfometría computarizada' y reconstrucción tridimensional para obtener una 'réplica' perfecta del riñón de la persona a trasplantar. Después, podemos usar rotaciones de 360 grados que nos permiten analizarlas en profundidad, estudiar sus características volumétricas y luego tomar toda esta información y ponerla en un lenguaje que pueda ser impreso. Vamos capa por capa, analizándolas a medida que avanzamos en el órgano, y eso nos permite efectivamente 'diseñar' o replicar el riñón del paciente".
Mientras Atala hablaba, una impresora que estaba ubicada detrás de él en el estrado efectuaba el proceso que él describía. Y siguió, mientras un colaborador de su equipo, el Dr. Kang, le entregaba un objeto que depositaba en sus manos: "Lo que ustedes ven que yo estoy sosteniendo en mis manos (enguantadas) es lo que estuvimos imprimiendo hoy antes de venir acá. Se trata de un riñón listo para ser trasplantado. Nos llevó siete horas producir la impresión".
Atala "juega" con el riñón artificial en sus manos. Parecía tener la consistencia que uno se imagina que tiene uno verdadero, aunque ciertamente yo no he tenido riñones en mis manos últimamente.
En la pantalla se leía: "Estas estructuras renales (riñones) impresas acá son prototipos que están siendo estudiados experimentalmente y todavía faltan algunos años para que puedan ser funcionales y utilizados en el uso clínico".
Me importa hacer fuerte hincapié en esto para no despertar una ilusión falsa en el hoy, acá y ahora. Intuyo que todo paciente que esté en diálisis o que tenga un familiar/amigo que necesite un trasplante renal, debe estar pensando que se acaba de resolver el problema, y sólo se trata de "imprimir un riñón y listo". Bueno, no es así. Y si bien esto es una bofetada para todos los que están en una perversa lista de espera, no deja de ser una noticia impactante y muy prometedora.
El simple hecho de imaginar que uno puede imprimir ya en tres dimensiones sirve para producir una suerte de shock pero, combinado con un futuro mediato que permita imprimir órganos que no requieran ni de células madres ni de clonación alguna, suena realmente a ciencia ficción. Pero ya no lo es tanto, porque el hombre sigue sorprendiendo con su capacidad de avance sobre la naturaleza.
Si

viernes, 1 de abril de 2011

"Yo también salí elegido como miembro de mesa ..."

Elecciones Generales 2011.
ONPE en Acción.
Compartimos esta opinión que grafica en gran medida, el nivel de comunicación e información que se a proporcionado por parte de la ONPE en lo que se refiere a los votantes con alguna discapacidad.
No agregamos más nada, solo lo consignamos tal como aparece en alguno de los foros de personas ciegas:
Hola amigo Julio y demás colisteros, al igual que tú, yo también salí elegido como miembro de mesa y vino a mi casa una simpática señorita de la ONPE, que quedó
sorprendida de esta situación, así que me señaló que tendría que hacer unos trámites en los que debía presentar la fotocopia de mi DNI, un certificado
médico o en su defecto la resolución mediante la cual se me otorgó el carnet de discapacidad , pero he decidido no gastar ni un céntimo ni tomarme
la menor molestia además esa resolución la tengo traspapelada en vaya uno a saber que parte y no me voy a poner a buscarla por que no tengo tiempo
para eso, así que pienso presentarme el 10 de abril a la instalación de la mesa de votación y estar entre los primeros votantes, según mi costumbre en estas oportunidades
y a la vez que les hago notar laimposibilidad de ocupar el carguito ese y que quede patente el error que cometieron ellos , no sé para que michis
nos empadronaron entonces , ¡vaya que son unos ineptos!, como tanto "burrócrata" que hay; en fin, pues , no creo que seamos pocos los que pasemos por
esta circunstancia.
Un cordial saludo desde Trujillo:
Lucho Montoya

Vía: Grupo Infolector